A priori todo indica a que Microsoft por fin cede en la disputa que mantiene con la Unión Europea desde que fuera sancionada hace ya casi dos años con una multa de 497 millones de euros a Microsoft y la obligación de ofrecer una versión de Windows sin el Media Player y la documentación necesaria para permitir la interoperabilidad con sus sistemas servidores.
Es este último punto al que Microsoft había ofrecido mayor resistencia, hasta el punto de haber recibido una amenaza por la UE de multas diarias ante la insuficiente documentación presentada. Ayer, sin embargo, anució (Microsoft.com, gracias Xavier) que licenciarán el código fuente de Windows Server.
En realidad, creo que Microsoft sigue jugando al ratón y al gato con la Unión Europea y el cumplimento de las sanciones. Ya existe una licencia (Shared Source) de Microsoft que permite a ciertos clientes la posibilidad de ver el código fuente del producto. Dentro de esta licencia estaban Microsoft Windows 2000, Windows XP, Windows Server 2003 y las versiones posteriores así como los service pack, parches y betas, siendo una culminación de su programa GSP (Governement Security Program). Lo único que va a cambiar es que antes el acceso a los productos bajo Shared Source era exclusivo para los clientes considerados por Microsoft MVPs (Most Valuable Professionals) y ahora lo estará para todos.
Decir que con el código fuente se suministra toda la información para la interoperabilidad es una verdad a medias. El problema es que ofrecen muchísima más de la necesaria, lo que hace que lo realmente valioso para otros proveedores (y que la Unión Europea ha acertado concluyendo que tienen derecho a recibir) sea más difícil de encontrar. Además este acceso al código fuente está lejos de ser gratuito y determinar sí están todos los datos necesarios de las interfaces de comunicación podría ser un trabajo bastante arduo... en suma, una nueva treta legal por parte de los de Redmon para regatear a la administración europea.
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